La visita del presidente a Texas parece haber trasladado la tensión de la capital a esta zona de la frontera
Redacción
Donald Trump viajará este martes a Texas en su primera salida desde el violento asalto al Capitolio, señalando claramente su voluntad de permanecer en la Casa Blanca hasta el final de su mandato, pese a la presión de los demócratas del Congreso que exigen su salida inmediata.

Trump organizó el viaje después de que integrantes de su núcleo le alentaron a participar en eventos que resalten su legado. El mandatario ha pasado los dos últimos meses en un intento inútil por revertir las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, ganadas por el demócrata Joe Biden.

La visita del presidente a Texas parece haber trasladado la tensión de la capital a esta zona de la frontera.
Mientras grupos de seguidores del mandatario se preparan para darle la bienvenida con caravanas y concentraciones, organizaciones de defensa de los migrantes y contrarias al muro decidieron suspender las protestas previstas ante el temor de que se desate la violencia.
Hay mucha tensión en la frontera. Estamos muy desconcertados con esta visita de Trump, porque realmente creemos que atrae la violencia. Lo vemos a él y a sus seguidores como un peligro”, asegura Tannya Benavides, de la coalición No Border Wall (No al muro fronterizo).

Según explica, los activistas cambiaron sus planes tras escuchar rumores de que militantes de extrema derecha llegarían de otros lugares.
Por su parte la Casa Blanca señaló que no había ningún simbolismo en la elección de Álamo para la visita de Trump. La misión de El Álamo en San Antonio, Texas, fue el escenario de una famosa batalla de 1836 cuando los texanos fueron derrotados por las fuerzas mexicanas.
Trump trató de reducir la migración transfronteriza y la inmigración legal durante su mandato, y el proyecto del muro se remonta a su promesa de 2016 de sellar la frontera.
